Los Fiteranos

LOS FITERANOS

En este libro, figuran perfiles de personajes fiteranos que, los y las que nacimos en 1952, recordamos de nuestra niñez.
Todos los textos son de Manuel García Sesma.


Manuel Bermejo Oliver (1843-1938).

Abuelo de Isidora Bermejo Calvo y Mª Martina Bermejo Calvo (1952)

El Tío Maturrillo [1] se llamaba Manuel Bermejo Oliver. Nació en Fitero allá por los años de la Regencia del General Espartero y, desde niño, se dedicó al oficio de pastor. Cuidó sucesivamente los rebaños de los ganaderos fiteranos Ursula Andrés, Anselmo Agreda, Eloy Andrés y Joaquín Yanguas, falleciendo en la Villa, el 20 de febrero de 1938, a los 95 años de edad.
La pintoresca intervención de los pastores de la localidad en la clásica Misa del Gallo era una costumbre tradicional antiquísima, abolida actualmente, como tantas otras. Hay que tener en cuenta que los pastores constituían antiguamente en Fitero un gremio respetable, pues, en el censo de 1797, figuraban nada menos que 47. En tiempos pasados, los pastores locales no sólo bailaban en la Nochebuena, delante del Niño Dios, al son de las zambombas y de los panderos, sino que además se cenaban, en su presencia, una gran sartén de migas. Previamente las freían en el cementerio, situado entonces en los aledaños de la parroquia, o sea, en la actual Plaza de la Iglesia, y, a continuación, entraban con ellas en el templo, colocándose en el presbiterio, delante del Nacimiento. Cuando llegaba el ofertorio, el celebrante bendecía las migas, hacía ofrenda de ellas al Niño Jesús, en compañía de los pastores, y éstos finalmente se las engullían silenciosamente, en medio de un regocijo ingenuo y honesto.  Un detalle importante que se le olvidó consignar a mi informador, es, si durante esta cena ritual, los pastores empinaban también la bota; pues las migas sin vino no se deslizan fácilmente hacia el estómago.
Esta costumbre se mantuvo hasta que, un año, un chusco irreverente tuvo la diabólica ocurrencia de arrojar furtivamente en la sartén unas cuantas guindillas que picaban a rabiar – y tal vez, polvos de pica-pica -, provocando en los pastores una tos bronca y persistente, que degeneró en un espectáculo cómico, indigno del lugar sagrado. Desde entonces, quedó suprimida la Ofrenda de las Migas.

Domingo Huarte Agreda (1888-1963).

Propietario e industrial fiterano, fallecido en 1963. Fue concejal del Ayuntamiento y fomentó la construcción de las Casas Nuevas. Se le dedicó una calle en 1971.

Serafín Inúñez Fernández (1896-1990).

Colaborador en los Programas de Fiestas.

Hace más de 30 años que, en los Programas de Fiestas, aparecen esporádicamente versos sencillos, pero sentidos, que gustan a los vecinos del pueblo. Su autor es Serafín Inúñez Fernández [1], un antiguo carpintero-ebanista, con inquietudes culturales, autodidacta y buen aficionado a la música, al teatro y a la poesía. Nació en Fitero en 1896 y ahora vive retirado, en la Residencia de la Seguridad Social de Borja [2]. De temperamento bohemio, le resultó pronto estrecho el horizonte del pueblo y residió sucesivamente en Bilbao, Madrid, Biarritz (donde se casó con una fiterana), Burdeos, Barcelona, Rosas y Zaragoza, donde trabajó últimamente en los Talleres Escoriaza. Fue cómico de la legua y de compañías más importantes, y animador y organizador de cuadros artísticos en Francia y en España.



José Jiménez Fernández (1894-1983)

Telegrafista.

La oficina de Telégrafos, donde gocé en mi juventud de tantos nocturnos estivales, estaba instalada entonces en la casa número 48 de la Calle Mayor. De día, era simplemente una oficina pública; pero, de noche, se convertía, a menudo, durante los veranos, en una sala privada de conciertos, de modo que al repiqueteo monótono del Morse, sucedían los sonidos melodiosos del piano y del violín.  Los ejecutantes eran invariablemente mis buenos amigos, don José Jiménez Fernández [3] y don José María Viscasillas Catalán: dos buenos aficionados a la música clásica y servidores ejemplares del pueblo, en sus respectivas profesiones. Por lo mismo, aun a trueque de herir su modestia, me creo en el deber de consagrarles unas líneas, aunque sólo sea por agradecimiento [4].

Don José Jiménez [5] nació en Fitero, el 20 de noviembre de 1894. Ingresó en el Cuerpo de Telégrafos en 1914 y, después de haber seguido el curso anual reglamentario en la Escuela Oficial de Telegrafía, empezó a ejercer sus funciones en San Sebastián, en marzo de 1916, con la categoría de Oficial quinto y el haber anual de 1.500 pesetas... Sin terminar el año, fue trasladado a Zaragoza y de aquí fue destinado a Fitero, en mayo de 1919. Durante la guerra civil de 1936-39, fue desplazado a San Sebastián y a Pamplona, hasta que, a fines de noviembre de 1943, fue reintegrado definitivamente a Fitero. Y aquí fue jubilado reglamentariamente en noviembre de 1964, después de 49 años ininterrumpidos de servicio, de los cuales 30 al servicio de Fitero. ¡Y qué servicio! Todos los fiteranos conocen la seriedad, la puntualidad y la gentileza con que don José desempeñaba sus funciones. Lo que no conocen todos, es que, en la última etapa de su cargo, trabajó seguidamente, sin gozar de un solo día de permiso ni faltar una sola vez a su oficina, durante 2.598 días...; es decir, durante siete años, un mes y diez días. ¡A ver qué otro funcionario del Estado tiene semejante historial!..

De joven, aprendió don José a tocar el violín y, desde entonces, vino prestando su colaboración gratuita, en las funciones importantes de la Parroquia; sobre todo, en las fiestas de la Virgen de la Barda, así como en las profanas de carácter benéfico. Hombre culto, leído y de pluma ágil, fue durante algunos años, corresponsal de La Voz de Navarra, distinguiéndose por sus crónicas mesuradas y sus campañas justas, a favor de los intereses del vecindario.  Y desde hace muchos años, figura como miembro activo de las sociedades benéficas de la localidad.  Prácticamente ha sido mi colaborador en la preparación de este libro [6] y de otros dos sobre nuestro pueblo, a causa de los innumerables datos que, con gran paciencia, diligencia y absoluto desinterés, me ha venido comunicando, desde hace mucho tiempo.


José María García Lahiguera (1903-1989).

Obispo

El Excmo. Señor Dr. Don José María García Lahiguera [1] nació en Fitero en 1903. Hizo sus estudios primarios en Fitero y una marcada tendencia a la piedad religiosa [2] lo condujo, desde joven, hacia la carrera sacerdotal. Inició sus estudios de seminarista en el Seminario Conciliar de Santa Ana de Tudela (Navarra) [3], del que, a la sazón, era Rector el Canónigo Magistral de la Catedral, don Angel Castillejo, y los prosiguió y terminó en el Seminario de Madrid, con la mayor brillantez. Fue ordenado de presbítero, el 29 de mayo de 1926, siendo nombrado sucesivamente profesor, superior y director espiritual del Seminario de Madrid. El 29 de octubre de 1950, fue consagrado Obispo titular de Zela [4] y nombrado Obispo Auxiliar del que entonces lo era de la diócesis de Madrid-Alcalá, Dr. Leopoldo Eijo y Garay. Más tarde, unió a este cargo el de Vicario General de la diócesis. En el año 1964, fue nombrado Obispo titular de Huelva, en cuya diócesis hizo su entrada el 7 de septiembre del mismo año; y en julio de 1969, Arzobispo de Valencia. Renunció a dicha mitra, por motivos de salud, en 1978, al cumplir 75 años. El Ayuntamiento de Fitero dio su nombre a una calle de la Villa, en 1951.


Fausto Palacios Martínez Pelletier (1899-1967).

Alcalde

Fausto Palacios Martínez Pelletier [1], según la Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa-Calpe, nació en Fitero, en 1899. Inclinado desde niño hacia la escultura, ingresó en 1912 en la Escuela Salesiana de Bellas Artes de Sarriá (Barcelona), de donde pasó a las aulas de la Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) y por fin, al estudio del Maestro José Capuz. A los 17 años, hizo la primera estatua de San Raimundo de Fitero, conservada actualmente [2] en el claustro bajo de nuestra iglesia y que anteriormente adornó la entrada del Paseo de San Raimundo, siendo reemplazada, en este sitio, por la estatua actual del mismo Santo, obra también de don Fausto, la cual fue inaugurada en 1946. En su juventud, se distinguió por los retratos del Tío Rasera, de José María Huarte y de las señoritas Otermin y Onsalo.
Durante muchos años, dibujó las portadas de los programas de las Fiestas de la Virgen de la Barda; y desde mediados de 1955 a mediados de 1967, estuvo al frente de la Alcaldía de Fitero. Desde ella, realizó bastantes mejoras que merecen consignarse: en 1955, el partidor de las aguas de la Estación Hidrológica de la Nava; en 1956, los caballones de contención del río Alhama; en 1958, la construcción del Granero Nacional, en la carretera de Cintruénigo; en 1965-66, la pavimentación de bastantes calles del pueblo, ya con cemento, ya con riego asfáltico; la habilitación del Pantano del Pontigo, para aumentar el caudal de agua potable; la construcción del actual Grupo Escolar [3] y de las nuevas calles, con 36 viviendas protegidas, a la derecha de la carretera de Cintruénigo. Finalmente dio toda clase de facilidades para la instalación de dos fábricas que han revolucionado la vida de nuestro pueblo: la de conservas El Juncal, en 1961 y la de ropa de confección INITESA, en 1965.


José María Viscasillas Catalán (1895-1993)

Organista.

José María Viscasillas Catalán [1] nació en Corella [2], el 17 de junio de 1895. Allí estudió música y en 1921, vino a instalarse en Fitero, con los cargos de organista de la parroquia y de secretario de la Caja de Crédito Popular.  En noviembre de 1924, contrajo matrimonio con la distinguida señorita fiterana, Rosario Yanguas Lozano y con ello se avecindó definitivamente en nuestro pueblo. Excelente ejecutante con dotes de compositor, escribió las partituras de varias obras teatrales de don Alberto Pelairea: La Cruz de la Atalaya, Artistas de paso, La Hija del Santero y El último milagro.  De ellas damos algunos datos suplementarios en la biografía del poeta.  También compuso una Novena de la Virgen de la Barda, estrenada en septiembre de 1966 y adaptada a los Gozos del P. Raimundo Carrillo Sigüenza.



[1] Ver, sobre José María Viscasillas Catalán: “Sesenta y tres años de organista. Toda una vida”. Revista “FITERO-1984. Esmeralda Calleja. “Don José María Viscasillas Catalán: Compositor y músico.” Revista FITERO-90. Jesús Bozal Alfaro.
[2] Algunas obras compuestas por José Mª Viscasillas en Corella: 1.- “Pilar”. Corella, 1915. Polka. 2.- “Homenaje a España.” Corella, 1918. Dedicada a don Miguel Primo de Ribera. 3.- “Mariela”. Corella, 1919. Dedicada a su hermana María Viscasillas. Danza. Capricho. 4.- “Fantasía Corellana”. Corella, 1920. Inspirada en los cantos de los Auroros y en los conciertos de Chopin. Compuestas en Fitero: 1.- “Película Fiterana.” Fitero, 1922. Mazurka. Coro de las Urzaillas. Cuplé escrito por don Alberto Pelairea. 2.- “El último milagro.” Fitero, 1928. Cuento corellano en dos actos y tres cuadros. Para piano y orquesta. 3.- “La Hija del Santero”. Fitero, 1928-1929. Cuento lírico. 4.- “Dos colecciones de bailables: Flores de España y Violetas Imperiales.” Fitero, 1828. 5.- “Cagancho.” Fitero, 1927. Dedicado al famoso torero, Joaquín Rodríguez. Pasodoble. 6.- “Toros y Toreros.” Fitero, 1930. Pasodoble. 7.- “A orillas del Ebro.” Fitero, 1930. Pasodoble. Jota. 8.- “Fiterana al natural.” Fitero, 1930. Cuplets con letra de don Alberto Pelairea. 9.- “España inmortal.” Fitero, 1932. Zarzuela. 10.- “Himno a la Virgen de la Barda”. Fitero, 1940. 11.- “Habanera dedicada a la ciudad de Torrevieja”. Fitero, 1972. 12.- “4 pasodobles”. Sin estrenar. 13.- “La novena de la Virgen de la Barda”. Fitero, 1966. 14.- “La Cruz de la Atalaya.” (Fitero-90.)




[1] Ver fotografía en la Revista Fitero-92: Festival taurino, 1916. R. F. G.
[2] Fue retirado, hace muchos años, de este lugar. Ver: Párrocos de Fitero, Revista Fitero-2002.
[3] Fue inaugurado en 1966 y ocupaba el extremo oriental del cuerpo meridional del antiguo Monasterio. Años más tarde, en noviembre de 1987, se inauguraba el nuevo Colegio Público “Juan de Palafox”. En 2001, el antiguo Grupo Escolar de la Plaza de San Raimundo fue remodelado para su uso como Centro de Día (Residencia) y Hogar del Jubilado.



[1] Fue colaborador de la Revista Fitero (1980-1982-1983-1984 y 1985).
[2] Su nombre figura en la primera lista de tarsicios (1912): Casimiro Jiménez, Luis Falces, Mariano Pequeño, Rafael Alvero, Eliseo Fernández, Julio Yanguas Bermejo, Claudio Forcada, Francisco Berrozpe, Jacinto Carrillo, Julio Yanguas Alfaro, Teodoro Fernández, Bautista Lauroba, Angel Berrozpe, Fermín Escudero, Prudencio Pina, Gregorio Molina, Gregorio (José) Muro, Manuel Martínez, José Pérez, Manuel Fernández, Manuel Ayala, Joaquín Berrozpe, Esteban Calleja, Eladio Gracia, Francisco Latorre, Santos Bermejo, Manuel Barea, Félix Gómez, Angel Liñán, José Mª García Lahiguera, Patricio Fernández, Marcelino Ochoa, Antonio Berrozpe, Alfonso Sáenz, Rafael Jiménez, Ramón Igea, Félix Fernández, José Mª Falces, Dámaso Gracia, José Pina, Luis Jiménez, Raimundo Aguirre, Javier Yanguas, Cosme Jiménez, Juan Atienza, Aurelio Pérez, Esteban Lauroba, Félix Gracia, Carmelo Alvero, Victor Falces, Pedro Bayo, Antonio Navarro, Angel Navarro, Angel Berrozpe, Juan C. Barea, Daniel Fernández, Angel Ramos, Dionisio Calvo, Juan Fernández, Manuel Aznar, Esteban González, Juan J. Jiménez, Cirilo Rupérez, Isidora Bermejo, Emilio Rupérez, Ascensión Muro, Victoria Pérez, Marcelina Alfaro, Rosario Yanguas, Dolores Calleja, Josefa Inúñez, Dominica Moreno, María Olmeda, Luisa Fernández, Juana Díaz, Eloísa Pascual, Rosario Royo, Eloísa Calleja, Pilar Frías, María J. Escudero, Mercedes Francés, María Martínez, Ramón Sanz, Ricardo Burgos, Antonio García Lahiguera, Visitación Ochoa, Felisa Fernández, María Pérez Igea, Javiera Burgos, Engracia Yanguas, Victoria Yanguas, Teófila Barea, Griselda Carrillo, Mercedes Gracia, Mariana Frías, María Gómez, Remedios Liñán, Mª Jesús Armas, Manuel García, Antonio Amusátegui, Ramos Urtasun, Elena Fernández, Nicolás Igea, Manuel Jiménez, Carmelo Liñán
[3] Estudió en dicho Seminario los cursos 1913-1914 y 1914-1915. N. del E.
[4] Fue nombrado Obispo de Zela el 24 de Mayo de 1950 y el Ayuntamiento de Fitero lo nombró hijo predilecto de la Villa el 4 de junio siguiente. Su Consagración episcopal tuvo lugar en la Iglesia de San Francisco el Grande de Madrid, el 29 de octubre de 1950. (Notas sueltas).



[1] Con motivo de la concesión, por parte del Ayuntamiento, del título de Hijo adoptivo de Fitero al torero Nicanor Villalta, Serafín Ynuñez Fernández le dedicó el siguiente poema, en octubre de 1944:  “El 24 de octubre / del año cuarenta y tres, / en Fitero despidióse / el torero aquel que fue / una primera figura / de la cabeza a los piés. / Un torero con vergüenza, / con pundonor y saber, / que se jugaba la vida / en el ruedo, cada vez / que toreaba, porque era / todo un hombre: ¡aragonés! / En Fitero le teníamos / por navarro, pues era él / amable, caritativo / generoso cien por cien. / Por su probada hidalguía y su noble proceder, / hijo adoptivo, Fitero, / le nombró, teniendo a bien / que su nombre se recuerde / y se alabe su honradez / por el pueblo fiterano / que siempre demostró ser / agradecido y atento, / sobre todo para quien / hizo tantas cosas buenas / con gusto y desinterés. / Por todo ello ¡oh, Nicanor!, / - ya lo sabes tu muy bien - / puedes contar que aquí tienes / con cariño, sin doblez, / un hogar en cada casa, / y de amigos un plantel. / Como eres agradecido / - como todo aragonés, / y al mismo tiempo navarro -, / habrás de corresponder / de una manera espontánea, / sin olvidar ni una vez / donde quiera que te encuentres, / - sea en Pekín o en Jaén -, / que eres hijo de Fitero / y hermano nuestro también. / En los Baños, (Viejo y Nuevo), / dejaste tan buen “cartel”, / que quedará de por vida / tu imagen grabada bien. / Que Dios te de mucha suerte, / salud y mucho “parné”, / y recuerda que Fitero / mientras vivas, (y aún después), / te llevará, no lo dudes, / dentro de su alma.... Amén. “ (Revista C.F. Calatrava, Septiembre 1992.)
[2] Falleció, en esa misma Residencia, en 1990. N. del E.
[3] Sinfonía matinal, p. 259.
[4] José Jiménez Fernández dedicó a su amigo, Manuel García Sesma, un poema con motivo de su regreso a España, en 1960: “Bienvenido y bendito seas”.
[5] En la Revista Fitero-82 , p. 23, se recoge una entrevista con D. José Jiménez Fernández. N. del E.
[6] Poemario Fiterano (Pamplona, 1969).





[1] Ver el poema: “El Tío Maturillo”, p. 252.

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