Gastronomía fiterana

GASTRONOMÍA FITERANA

Papachas, Raldillas, Patatas "a la manarra", Mostachones,...

 Notas de Gastrononía Ribereña por Luis Gil Gómez, Pamplona, Artes Gráfica Pamplona, 1972.

Pimientos con farbeta

“Farbeta es un pajarillo que picotea las moras (de árbol y de bardal), así como los higos; y que, por la primera circunstancia, lo llaman en Fitero moralica. Para preparar el pimiento con moralica de Fitero, se toma un pimiento y una navaja o cuchillo. Se le corta la punta, procediendo luego a extraerle la semilla. Seguidamente se coloca en su interior uno o dos pájaros (farbeticas o moralicas), una vez desplumados y destripados.  Se pone así mismo en el interior del pimiento aceite, ajo, sal y perejil, y sin más requisitorios, se coloca sobre las brasas hasta que quede asado. Se da la circunstancia de que tanto el pimiento como el pájaro quedan asados en el mismo espacio de tiempo. Una vez desprovisto el primero de la piel y sin que acabe de enfriarse, se consume este asado excepcional que, a juicio de los experimentados, es el non plus ultra de la gastronomía” (pp. 19-20).

Patatas Manarro [1].

“Manarro” fue un popular personaje de Fitero que tenía horno público. Poseía una figura desarbolada y un genio áspero, pero se daba una maña especial, para conseguir el punto preciso y la razón ajustada de un asado…” (p. 25).

Un buen día, Manarro tuvo la ocurrencia de ponerse a inventar recetas de cocina y fruto de sus cavilaciones y aquilatadas prácticas son varios preparados que alcanzaron justa fama y que, resistiendo el paso del tiempo, todavía están vigentes en la villa fiterana.”

Las patatas Manarro, a la Manarra, el asado de carne Manarro y los caracoles Manarro en lata.

Las patatas Manarro, a la manarra

Se preparan cortándolas a lo largo en dos mitades y practicando en sus caras interiores unas aberturas alargadas. Puestas sobre una bandeja se meten en el horno. Mientras tanto, se prepara una salsa mojando en un almirez ajo, guindilla, perejil y sal y echando el contenido en una taza de aceite.  Cuando las patatas están a medio asar, se sacan del horno y se depositan en las aberturas practicadas una cucharadilla de la salsa.  Se cierran las patatas y vuelven a meterse en el horno. Cuando se ponen doradas, se sacan definitivamente y se dejan enfriar lo preciso, consumiéndolas a continuación con unos buenos tragos de vino (p. 24).

El asado de carne Manarro.

Se prepara, poniendo en un tortero sopas de pan con algo de agua, aceite, ajo, sal, guindilla y perejil.  Sobre el tortero se cruzan unos sarmientos limpios, y sobre la malla que forman, se deposita la carne que se va a asar.  Previamente se hacen en ésta varios cortes, poniendo en ellos manteca.  A continuación, se mete al tortero en el horno, para que se vaya asando; y durante esta operación, tanto el jugo de la carne como la manteca van cayendo gota a gota e impregnando todas las sopas de pan, a través de la malla de sarmientos.  Resulta un asado ligero de mesa de príncipes” (p. 27).

Caracoles Manarro en lata

“Para empezar, los caracoles no se lavan, sino que se frotan cuidadosamente con un paño de cocina y se  van depositando en la lata.  En el almirez se machacan ajos, guindilla, sal y perejil, echando después todo en una taza de aceite, como en la fórmula de las patatas. La lata de los caracoles pasa al horno, donde se van asando y, cuando han despedido algo de baba, se saca la lata y en el interior de cada uno de los caracoles se va poniendo con una cucharita una pequeña cantidad de la salsa elaborada. Terminada esta operación, los caracoles vuelven al horno donde acaban de asarse.” Es una receta originalísima y poco conocida.  Los caracoles preparados de estas manera son inmejorables” (p. 27).

Ranas en caldillo.

Es también un plato fiterano, pero no inventado por el Manarro.

Las ranas, después de limpias, se fríen en la sartén con aceite muy fuerte, con lo que quedan estiradas y duras, pudiendo quedar en la sartén, una vez fritas. En una perola aparte, se pone agua, en cantidad apropiada, hasta que hierva, añadiendo guindilla, sal y perejil, machacados previamente en un almirez.  Cuando el agua está hirviendo, se agregan yemas de huevos duros bien deshechas, y una vez que este caldo haya tomado el gusto conveniente, se añaden las claras de los huevos duros, cortados en pequeños trozos, y a continuación, las ranas con un aceite, manteniendo el hervor durante cinco minutos.

Papachas.

La papacha es una masa de pan, elaborada con aceite y azúcar.  Distribuida la masa en tortas redondas, se fríen en la sartén durante el tiempo necesario.  Las papachas suelen comerse, al tomar chocolate; y el chocolate con papachas es tradicional en el día de San Juan Bautista (pp. 52-53).

Rosquillas.

Se hacen con aceite, azúcar, huevos y harina, fabricando unas pastas redondas que se cuecen al horno.  Su diámetro suele ser de unos 9 centímetro. Se hacen en todo tiempo.

Magdalenas

Con los mismos ingredientes (que las rosquillas), pero con menos harina y descudillada en moldes como canastillos pequeños. En todo tiempo.

Mantecados

Con aceite, manteca y huevos, mezclados con harina, formando una pasta que se corta en moldes, antes de cocerlos al horno.  Antes de meterlos en el horno los moldes de estas pasta, se les echa encima huevos y azúcar. En todo año.

Roscones blancos

Se hacen con agua, aceite, azúcar, huevos batidos y harina y levadura, formando una masa que se corta en pedazos pequeños en redondo, y cuando están cocidos al horno, se untan de baño blanco, hecho con las claras de huevo.  Antes en San Blas; ahora en cualquier tiempo.

Roscones de aceite

Se hacen con 1 parte de aceite, 2 de agua, sal y levadura.  Se hace una masa que cuando está buena, se soba y se corta en trozos pequeños, redondos, haciendo picos y luego se cuece en el horno.  En San Blas; y ahora, siempre.

Empanadas

Son panes, hechos con aceite, en cuyo interior se meten trozos de chorizo, conejo, huevos o lo que se quiera.  Sobre todo se hacen en el Barranco; y a menudo, para ir de viaje.

Mostachones.

Raldillas (en San José).

Introducción de los espárragos en la Ribera.

Según el Licenciado José Joaquín Montoro Sagasti (Fiestas, Tudela, 1954, Revista), Yusuf Ben Amrús, Wali de Tudela, tuvo necesidad de hacer un viaje a Córdoba, para deshacer una sed de intrigas y hacer presente su fidelidad, al Califa Omeya Ab Al Rahman. Allí conoció y comió por primera vez espárragos, cuyas semillas habían sido traidas de Bagdad, por el cantor Ziryab (el pájaro negro). Ysuf pidió algunas a Ziryad y vuelto a Tudela, las mandó sembrar en Al Berber, Al Majares y Al Mejana, propagándose luego su cultivo por otros pueblos de la Ribera.



[1] El Manarro se llamaba Bienvenido Alfaro Sainz. Tuvo horno en varias calles; la última en la calle Alfaro, 19. Murió en 1941, a los 74 años.

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