HISTORIA
COOPERATIVA "SAN RAIMUNDO ABAD"
Fundación: 1940
LA
BODEGA COOPERATIVA SAN RAIMUNDO
M. G. S. (Fitero-80)
De conformidad con los datos que nos ha comunicado D. Ángel Melero
Díez, dicha Cooperativa fue fundada por 99 Vecinos, el 18 de febrero de 1940.
En un principio, solo contó con 50 depósitos de cemento de una capacidad total
de 1.027.690 litros. Actualmente su capacidad es de 2.804.395 litros,
correspondientes a 114 depósitos de cemento, 15 de poliéster y otros varios
pequeños.
La cosecha de 1979 aportó a la Cooperativa 2.600.000 litros de uva,
los cuales produjeron 2.466.690 litros de vino de 13,5 grados. Actualmente solo
quedan en los depósitos 175.000 litros. Su venta al por mayor es a 19 pesetas
el litro; y al detalle, a 35 pesetas.
Los principales clientes mayoristas de la Cooperativa son Julián
Chivite, Bodegas Hirache, Avin, Font, Torres, etc.
En 1978, se acordó incorporar a la Cooperativa la producción de
espárragos, cereales, almendras, semillas y habas, así como los abonos, a cuyo
fin se construyeron dos grandes almacenes de 750 metros cuadrados de superficie
y 5,50 m. de altura: uno para los abonos y otro para los frutos. Este año se
han almacenados 27.000 kilos de almendras, 5.000 kilos de semillas de alfalfa y
12.000 kilos de habas.
El número actual de socios es de 193 y cada uno tiene su ficha del Fondo Cooperativo y un ejemplar del Reglamento de la sociedad, para que sepa sus derechos y obligaciones, como es lo normal.
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“El próximo domingo, día 18 (1990), se conmemorará el cincuenta aniversario de la fundación de la Bodega Cooperativa San Raimundo Abad. Fue fundada por 99 vecinos y su primer presidente fue D. Raimundo Bayo Latorre, abuelo de María Bayo, la soprano fiterana. Esta Sociedad Cooperativa venía a ocupar el lugar dejado, en 1937, por la Sociedad de Cosecheros de Vinos de Fitero. Sociedad fundada en 1912 por aquellos campesinos que veían en ella una mayor rentabilidad para su esfuerzo y sacrificio. Aquel mismo año, el inspirado poeta D. Alberto Pelairea escribía estos versos en el periódico local, La Voz de Fitero (1913):
La Sociedad fundada
de cosecheros,
obtuvo resultados
muy lisonjeros,
pues vende mucho vino
y en condiciones,
y pesetas y duros
gana a montones.
Por eso hacerme socio
yo pienso ufano,
cuando tenga tres robos
de americano,
lo cual será, si ahorrando
sigo con gana,
sobre el dos mil diez y ocho
por la mañana.
Uno de Valdecalera
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La Cooperativa San Raimundo, una de
cuyas marcas es Vinos Virrey Palafox, instaló la bodega en la antigua fábrica
de coco o de aceite industrial, fundada a su vez, por D. Manuel María Alfaro,
allá por el año 1874. Esa fábrica fue adquirida al Banco de España por D.
Eusebio Sáenz, quien la remodeló, la acondicionó para Cooperativa y se la
vendió a los fundadores de la misma. Aquel año, recoge D. Manuel García Sesma
en su libro “Investigaciones históricas sobre Fitero”, la Cooperativa metió en
su bodega la cantidad de 371.833 decálitros de vino”.
Acta
de Constitución de la Bodega Cooperativa de Fitero
En
la villa de Fitero a 18 de febrero de 1940, previa convocatoria debidamente
autorizada, se reúnen en Asamblea los agricultores anotados al margen, con el
fin de proceder a la constitución de la Bodega Cooperativa de Fitero.
Preside
el acto don Raimundo Bayo Latorre, quien presenta a don Ángel Ortega Ucedo,
gerente de las obras sociales de Cintruénigo, que toma la palabra. Comienza
dirigiendo un afectuoso saludo a los agricultores, sintiendo una viva
satisfacción porque los ideales cooperativos hayan tenido su eco; haciendo
fervientes votos porque estos entusiasmos se vean plasmados en realidad
inmediata en la villa de Fitero.
A
continuación expone los fundamentos de la Cooperación, y la necesidad de
llevarla a cabo en los tiempos actuales en que la unión se impone. Da datos
numéricos sobre lo que han sido las obras sociales en Cintruénigo en sus
comienzos y la prosperidad actual alcanzada. Con cifras a la vista los
asistentes palpan los beneficios inmensos que la Cooperación proporciona.
Las
dificultades en principio, indiscutiblemente han de presentarse; pero de todas
se saldrá victorioso, si al ingresar se impone el socio el sacrificio necesario
para conjurarlas.
La
obra Cooperativa no es más que de crédito y de mutua confianza; la base del
éxito es dirección recta y sana y dentro de esas condiciones libertad de
acción.
Habla
de la cuestión legal, algún tanto confusa en los momentos actuales, en que la
ley de Cooperativas se halla en suspenso. Se tiene la impresión de que muy en
breve haya de promulgarse. En el tiempo que medie puede constituirse a tenor de
lo que realizan en multitud de pueblos de Navarra con unos estatutos que
regulen la vida privativa de la Sociedad hasta que puedan moldearse ajustados a
la legalidad que se ordene.
Trata
de conveniencia de unirse con la Caja de Crédito Popular de Fitero que disfruta
de personalidad jurídica de arraigo crédito y evitaría la duplicidad de
asociaciones de fines análogos, que separadas indudablemente habrían de, en
fecha no lejana, convertirse en rivales, que en vez de beneficiar perjudicarían
los intereses agrícolas.
Invitados
a reflexionar sobre las ideas expuestas con la serenidad que la trascendencia
del caso requiere se acuerda por unanimidad:
Constituir
la Sociedad denominada “Bodega Cooperativa de Fitero”
Solicitar
la adhesión a la Caja de Crédito Popular de Fitero, funcionando como sección
autónoma de la misma, requerir su apoyo económico y en reciprocidad prestar la
mayor asistencia por los socios de la Bodega a las operaciones de la Caja,
comprometiéndose a no ejercitar manifestación alguna propia de la Caja de
Crédito Popular y a impulsar sus operaciones incrementadas con los mismos
socios que a la Bodega afluyan.
Dar
por constituida definitivamente la Bodega Cooperativa, aún cuando no sea
atendida la petición de incorporación a la Caja de Crédito Popular de Fitero.
A
continuación se ponen a discusión los estatutos que provisionalmente han de
regir hasta que puedan atemperarse a la Ley de Cooperativas en estudio, quedan
redactados con la aprobación unánime en la siguiente forma.
Estatutos
De
1940 a 1990
La
BODEGA COOPERATIVA DE FITERO fue fundada el 18 de febrero de 1940, en un acto
celebrado en el cuarto bajo de la casa de la Picota (café del “Guerra”) con
entrada por el paseo de San Raimundo.
El
acto fue presidido por don Ángel Ortega, maestro soriano, gerente de las obras
sociales de Cintruénigo, de cuyo municipio fue también alcalde.
La nueva Cooperativa nacía integrada en el seno de ACCIÓN SOCIAL, y era una sección más de la Caja de Crédito Popular, cuyo secretario administrador era don José María Viscasillas.
TERRENOS
Y NUEVO EDIFICIO
Una vez fundada, la nueva Junta Directiva comenzó buscando terrenos en los que levantar la nueva Bodega. Se pensó, primeramente, en los terrenos que están en frente del actual matadero. Para lo cual, se encargó a don Rafael Moneo (director de la Compañía Eléctrica “Hidráulica Moncayo”, más tarde Iberduero) la realización de los planos correspondientes. Sin embargo, al no poder conseguir estos terrenos, se decidió la compra de un terreno (12.000 pesetas), propiedad de Raimundo Martínez, situado entre las calles de Calatrava y Angos. Finalmente , al anunciarse la subasta para ver quien quería hacerse cargo de las obras, don Eusebio Sáenz se ofreció (11 de mayo), como contratista, para hacer hacer la Bodega en la antigua “Fábrica de aceites de Gervasio Alfaro”, edificio que él mismo había adquirido al Banco de España, tras levantar la hipoteca correspondiente. Su capacidad sería de 1 millón de litros, para los que se construirían 50 lagos. El precio estipulado fue de 210.000 pesetas, incluyendo los depósitos, la maquinaria, etc. Los lagos serían de 2.400 ds. Los planos los hizo el señor Arijita, de Corella. El cálculo del hierro se hizo según los planos que había hecho anteriormente el señor Moneo, y que sirvieron, posteriormente, para hacer la Cooperativa de Mélida. La firma de la compra-venta se llevó a cabo el 19 de mayo de 1940. Por desgracia aquel año apedreó.
La compra de la Bodega la llevó a
cabo la Caja de Crédito Popular, ya que, según se ha dicho, la nueva Sociedad
no tenía entidad jurídica propia. Por esta razón, una vez aprobada la nueva ley
de Cooperativas, (2-1-1942), la “Bodega Cooperativa de Fitero” tuvo que pagarle
a dicha Caja (entonces denominada “Caja Rural Católica de Fitero”) la cantidad
de 100.000 pesetas para ponerse a su nombre esta Bodega y enseres (1946).
PRIMERAS MÁQUINAS
Las
primeras máquinas fueron suministradas por don Eusebio Sáenz: una prensa
hidraúlica y una estrujadora de 1/1,25 m., más una báscula de puente de 20.000
kgs; la operación de descarga se hacía comportillo a comportillo.
El primer año se hicieron 24 lagos, de los que se llenaron 20. Las uvas, tras la descarga, eran pisadas “a pie” y el prensado se llevó a cabo con prensas de mano, alquiladas a particulares. Por otra parte, como no había luz, todas las operaciones se hacían a la luz de las velas. La luz fue instalada al año siguiente, aunque la línea de “fuerza” (alta tensión) solo llegaría en 1942. El agua necesaria era sacada del Río Alhama. La segunda estrujadora usada (220.000 pesetas) procedía de LARRAGA. Se tragaba el comportillo entero. Por cierto, cuando se compró, no cabía. Así que como no había tiempo, se instaló de manera provisional, condenando un lago al año siguiente (1949). Más tarde se puso una estrujadora centrífuga, la cual sacaba la raspa por arriba. Posteriormente, llegarían las estrujadoras horizontales, de suerte que la uva caía directamente a las dos prensas. También se puso, por aquel entonces, una cinta para transportar la brisa, y el descargue azulejado, en el cual cabía un viaje de comportillos.
INAUGURACIÓN
DE LA BODEGA
La
bendición e inauguración oficial de la Bodega tuvo lugar el 15 de marzo de
1946. Hubo una misa, por la mañana, y una comida en el mismo edificio, a la que
podían acudir todas las personas que así lo quisieran. La Banda fue contratada
para tocar en el “paseíllo” entre las oficinas y la Bodega.
LOCALES
El
primer domicilio social estuvo en la casa de la Picota. Luego se trasladaron al
número 8 del Barrio Bajo. Era un local del presidente, D. Raimundo Bayo,
pequeño, en el que tenían tres cubas. El vino lo bajaban hasta allí -pues
también hacía de despacho de ventas- en una de las cubas de aguador que había
en Fitero y cuya cabida era de 120 cántaros.
En 1942, trasladaron su domicilio social al número 24 (de entonces) de la calle Lejalde. El despacho de vino y productos del campo estuvo situado en el número 21. El local actual fue comprado a doña Eugenia Aguinaga Munárriz en 1950. Pagaron por él 45.000 pesetas. Aquel mismo año construyeron, para mayor seguridad de la Bodega, dos casas pequeñas en el mismo edificio de la Bodega.
PRESIDENTES
Raimundo Bayo Latorre (1940-1946) - Nicolás Fernández (1946-1949 y 1955-1961) - Ángel Andrés (1949-1954) - José Ochoa Acarreta (1961-1966) - Francisco Ochoa Yanguas (1967-1970) - Ángel Jiménez Jiménez (1970-1974) - José Escudero Rupérez (1975-1977) - Joaquín Latorre (1976-1979) - Jesús Ochoa Pina (1980-1981) - Jesús Martínez Bermejo (1981-1983 y 1987-1990) - Carmelo Calleja Ochoa (1983-1984) - Tomás Berdónces Gil (1985-1986) - José Miguel Escudero Yanguas (1990-1994) - José Mª Bozal Alfaro (1998-2002) - Camilo Fernández Jiménez (2002-2006) - Fausto Aliaga y Manuel Fernández.
GERENTES: Ángel Melero Diez, José Luis Pérez Falces (Marzo, 1992 - Septiembre. 2010).
ENCARGADOS,
EMPLEADOS Y BODEGUEROS
Al
principio el único encargado de la Cooperativa era Ángel Melero, secundado, en
la labor contable, por José María Viscasillas. Sin embargo, al autofinanciarse
y no depender de la Caja Rural, don Gregorio Calleja fue contratado para ocupar
el puesto de Viscasillas.
Fueron
también empleados: Eulogio Pérez Pardo (bodeguero), Nicolás Chivite
(Bodeguero), José Navascués (bodeguero), Jesús Rupérez, Ángel Andrés y José
Escudero. Enólogo actual: don Amador Escudero. Encargado de la Oficina: José Mª
Vergara Duarte.
Durante
los periodos de vendimias, la Cooperativa contrataba, además, a 12 o 14
personas, para realizar las tareas del prensado, etc.
Lo
mismo hacía cuando necesitaba peones para la trilladora.
Los empleados, en general, han realizado una gran labor en pro de esta Cooperativa. Eran conscientes de que, aunque no eran sus propietarios, de su supervivencia dependía la de ellos mismos. Por esta razón no regatearon nunca ningún esfuerzo para mejorar su funcionamiento y su mantenimiento. Ellos eran quienes no dudaban en arreglar las máquinas que se rompían, si la avería no era demasiado grave. Ellos eran quienes hacían el vino, lo cataban, lo embotellaban, etc. Ellos se ocupaban de salvaguardar el anonimato a la hora de anotar los grados de cada uno. Para evitar el agua, cuando llovía, llegaron a colocar, en el andén de descarga, la lona de la trilladora. También, y con el fin de salvaguardar a la Bodega de los rigores del sol, colocaban una fila de chopos en el Barranco y otra de platanero delante, con el fin de que diera sombra. La planta de estos últimos costó a 40 pesetas y fueron colocadas en la acequia que, en su día, sirvió de salto de agua para producir la luz necesaria a la fábrica de Coco y Aceite.
SISTEMA DE EMBOTELLADO
Al principio se hacía en garrafones.
Luego se hicieron unas botellas tipo “gaseosa” (litrografiadas).
Había entonces, y existe todavía, una
llenadora de 6 botellas.
La Cooperativa pudo, en su día, hacerse con una planta embotelladora ofrecida a bajo precio por la empresa SIDRA ONA. También se tuvo la oportunidad de comprar una lavadora nueva de “MONTÓN”. Ambas ofertas fueron rechazadas por las Juntas Directivas. A pesar de lo cual, la Cooperativa consiguió y lo conserva, el número de embotellador número 1492. Un número que es más antiguo que el de empresas como Chivite.
TRILLADORA
La primera trilladora que tuvo la cooperativa fue comprada en Castellón (Villareal de los Infantes). Era el año 1946. Hasta allí tuvo que desplazarse Ángel Melero, acompañado por el Comisionista de Soria y un mecánico de Alfaro. Su precio ascendió a 61,000 pesetas. Primero se instaló en la Tejería vieja. Pero, para conseguir la suficiente fuerza de luz, Ángel Melero tuvo que bajar a Tudela con la bicicleta para pedir a don Rafael Moneo la correspondiente autorización para efectuar el enganche. Al estar la carretera sin asfaltar, su bicicleta tuvo dos reventones, invirtiendo en el viaje dos horas. Hubo, después, una segunda trilladora, cuyo coste ascendió, en 1963, a 146.000 pesetas.
COMPRADORES
Los compradores del vino de la cooperativa han procedido, en general, del norte: País Vasco, La Rioja, Navarra. Entre estos, cabría citar a: Chivite, Savin, Errandonea, Cruz García La fuente, Villafranca, Torres, etc.
PESO
El primer año se pesó en la Báscula del Ayuntamiento (8.000 kilos). Luego, cuando se pensó en instalar una en la Bodega, se la compraron a Torner, de Bilbao. La Cooperativa tuvo que abonar 4.000 pesetas por la diferencia entre la báscula de 8.000 kilos que tenía que poner Eusebio Sáenz y la nueva de 20.000 kilos. La actual pesa hasta 60.000 kilos.
SISTEMA
DE LIQUIDACIÓN
Al
principio, se liquidaba la uva por número de kilos. Pero pronto se pasó a
cobrar por grados (1949).
La
producción del año se liquidaba “al céntimo”, salvo la parte establecida por la
ley para Fondo Cooperativo. El cálculo de estas cantidades era hecho a mano, al
principio. Luego, al comprar alguna máquina de calcular, el trabajo se hacía
mucho menos penoso.
“Lo que traiga el año, se decía, que se lo lleve el año”, era repetido constantemente.
VIADUCTO
Entre
los hechos anecdóticos, incluso históricos, más sobresalientes de esta
Cooperativa, cabría destacar, por lo que tiene de invención por parte de sus
empleados, el famoso VINODUCTO que se montó un año en el que, al haber tanta
producción de uva, esta no cabía en la Bodega. Así que, para remediar esta situación,
llegaron a un acuerdo con Huarte y metieron en sus bodegas lo que no cabía en
la Cooperativa.
En un principio, la Junta Directiva pensó en hacer el trasvase de una a otra por medio de cisternas. Sin embargo, a propuesta de su encargado, Ángel Melero, esta operación se llevó a cabo tendiendo una manguera de 500 metros de larga por 50 mm. de grosor entre ambas bodegas. Una bomba, que absorbía el caldo, ayudó a agilizar la operación. Esta se llevó a cabo con celeridad y sin problemas.
EL
VINO DE FITERO
El vino de Fitero es la mezcla de dos variedades de viñedo: la “garnacha”, que le da riqueza alcohólica, y el “morastel”, que le da el color. De ahí que el Vino de Fitero haya sido, y sea hoy, un caldo muy apreciado.
COOPERATIVA “SAN
RAIMUNDO ABAD”
La cooperativa fue fundada en el año 1940.
Tuvo como primeros socios a veinticuatro viticultores, quienes aprovecharon las
instalaciones de una antigua fábrica de coco para construir la bodega. A lo
largo de los últimos ciencuenta y ocho años, la cooperativa ha ido
evolucionando hasta alcanzar su aspecto actual con un total de doscientos
sesenta socios y tres millones de litros de capacidad. Hoy, además de las uvas,
se recoge también cereal, almendras, espárragos y fruta.
Como otras
cooperativas y bodegas, “San Raimundo Abad”, dispone de depósitos de cemento
que paulatinamente se van remozando con revestimiento vitrificado.
El
viñedo ha entrado en un proceso de recuperación. Las actuales hectáreas que hoy
proporcionan sus frutos a la cooperativa están compuestas por plantaciones
donde predomina la uva garnacha con un 33% del total, seguida del tempranillo
con el 29%, mazuela con el 11%, viura con el 9%, graciano con el 7%, cabernet Sauvignon
con el 2% y otras variedades con el 9%.
Hasta
hace tres o cuatro años, una cosecha normal se podría calcular alrededor de
millón y medio de kilos. Hoy ya podríamos hablar de dos millones de kilos
debido a las nuevas plantaciones y a las sustituciones de otras ya existentes.
Que vino elaborado
por la cooperativa se vende principalmente a granel, reservando un 10% para
autoconsumo y comercialización. Para esta última envasado en botellas de tres
cuartos de litro y bajo la marca “Virrey Palafox”.
Los vinos de esta
bodega cooperativa han conseguido varias distinciones en la feria del Vino que
anualmente se celebra en nuestra vecina Corella, como símbolo del aprecio de
que gozan en la zona.
El rosado “Virrey Palafox”
es un digno representante de uva garnacha, variedad de gran aroma, macerado el
mosto durante pocas horas en presencia de los hollejos y sangado a continuación
para realizar la fermentación únicamente de los caldos.
El resultado final es un vino que se
presenta a la vista limpio y brillante, de color rojo anaranjado y ligeros
tonos amarillentos. Posee los aromas característicos de la uva garnacha bien
fermentada, afrutados, finos y elegantes. En el paladar se distingue
aterciopelado y redondo con la ligera acidez que proporciona al vino la
frescura tan agradable.
El tinto “Virrey Palafox” se obtiene
de un coupage de caldos procedente de uva garnacha, graciano y
tempranillo. Presenta un color rojo intenso con capa. Aromas complejos y afrutados
de evolución en botella con ligeros matices de crianza. Es robusto, con mucho
cuerpo, de paladar redondo y muy agradable, fino y elegante.
Foto: Fitero-99
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MARIA BAYO VISITÓ LA BODEGA COOPERATIVA DE FITERO QUE FUNDARA SU ABUELO, RAIMUNDO BAYO LATORRE
El 18 de febrero de 1940,
Raimundo Bayo Latorre, abuelo de la soprano María Bayo, se reunía con noventa y
tres viticultores fiteranos para constituir la Bodega Cooperativa de Fitero.
Sesenta y cuatro años más tarde (29 de agosto de 2004), la nieta del que fuera
el primer presidente de esta Cooperativa visitaba todas las instalaciones de
esta Bodega, interesándose por todo el proceso de producción del vino. A María Bayo le gusta el vino. Y la
Cooperativa de Fitero produce buen vino.
Mientras visitábamos las instalaciones de la Cooperativa (sala de
embotellado, lagos, etc.), María Bayo fue recordando los tiempos en los que
acompañaba a su padre a descargar. Fuimos comentando también lo que diría su
abuelo si, 64 años después de haberla fundado, una de sus nietas visitara,
siendo una de las voces más importantes de la lírica del mundo, una Bodega en
la que tantas ilusiones habían puesto él y otros muchos fiteranos.
A María Bayo le gustó todo lo que vio. Las referencias son
fundamentales en una vida. Y ella lo sabe. Raimundo Bayo Latorre fue un pionero
en el mundo del vino. Y su nieta, en el de la música. Por eso fue tan
emocionante este reencuentro. El vino y la música tienen todavía que escribir
bellas páginas fiteranas. Fitero-2004
Un año después de la elección de la nueva Junta Directiva aprovecho la ocasión que me brinda la Revista Fitero-99 para dar a conocer el programa de mejoras que, si así lo aprueban los Socios, van a ser acometidas por la Sociedad durante los tres próximos años. Mejoras que son necesarias, a juicio de la Junta Directiva, si se tiene en cuenta el aumento de la producción de uva, las necesidades adaptación a un mercado en constante cambio y el aumento de precio de la uva.
Nuevos
depósitos de acero inoxidable
Los
socios saben que el pasado año estuvimos a punto de tener llenar la bodega. De
ahí que nos propongamos sustituir en dos años, los viejos depósitos de
polietileno por ocho depósitos de acero inoxidable con una capacidad de
ochocientos mil litros en total. El Gobierno de Navarra se ha comprometido
Nueva maquinaria
Por una parte, se están levantando los suelos de la Bodega para instalar la maquinaria nueva, que se compró el año pasado y que sustituirá el trabajo realizado por las cintas transportadoras.
Tras años intentando su compra, La Cooperativa ha conseguido hacerse con los terrenos colindantes a los de la Bodega. En ese terreno y una vez terminada la campaña de la vendimia, se prevée levantar el edificio de las nuevas oficinas y el nuevo despacho de venta de vino.
Mejoras en la descarga
Para el próximo año se abordará un tema que nos preocupa a todos: la descarga. Para esto, se instalará una nueva estrujadora y sinfines con revestimiento de paredes de acero inoxidable.
Arreglo de cubiertas y fachada
Todos habéis podido ver el magnífico escaparate en el que se ha convertido la Bodega, una vez que se ha demolido el edificio que se compró. Ha llegado quizás el momento de acometer la reforma de las cubiertas y la fachada. La Junta Directiva está madurando una idea que ayudaría sin duda a aumentar la venta de vino embotellado. La vista vende, el producto es bueno y la imagen que se podría transmitir con estas reformas podría atraer nuevos clientes.
VINO "VIRREY PALAFOX"
Ante el inicio del "AÑO PALAFOXIANO", la Bodega Cooperativa "San Raimundo Abad" quiere adherirse con entusiasmo a los actos que se organicen durante todo este año.
Ha sido un honor para nosotros haber podido ofrecer vino embotellado, VIRREY PALAFOX, de nuestra cosecha, con el nombre de nuestro paisano: Juan de Palafox y Mendoza. Un vino de calidad que se ofrece en estuches de tres botellas o en cajas.
Desgraciadamente, debido al control de marcas existente, es posible que ya no podamos comercializarla; al parecer, ese nombre está ya registrado por otra empresa de Aragón.
VINO "MONASTERIO DE FITERO"
Desde hace algún tiempo se viene gestionando la legalización del nombre de "Monasterio de Fitero", como nueva marca registrada para el vino embotellado de nuestra Bodega.
Esperamos que en breve plazo de tiempo podamos anunciar la noticia. Estamos seguros de que su comercialización supondrá una mejora importante para nuestra Cooperativa y para los intereses de los socios.
Con dicha marca haremos honor a nuestro pueblo y el "Monasterio de Fitero" podría ser la bandera que nos ayude a hacer más rentable nuestro esfuerzo por mejorar la producción y calidad de las uvas.
LA BODEGA “SAN RAIMUNDO
ABAD” DE FITERO ESTÁ YA EN EL SIGLO XXI
Por Jesús Bozal
Alfaro (Revista Fitero-2001)
Con motivo de su 50 Aniversario
(1990), la Revista FITERO-90 le dedicó entonces un amplio reportaje, en el que
se hacía una breve historia de sus primeros pasos como Bodega Cooperativa de
Fitero: acta de constitución de la entidad (18 de febrero de 1940),
rehabilitación de la antigua “Fábrica de Coco” de Gervasio Alfaro (210.000
pesetas), inauguración (15 de marzo de 1946), sedes, empleados, etc.
10 años después (16 de
marzo de 2001), D. Andrés Eciolaza, director de Estructuras Agrarias e Industrias
Alimentarias del Gobierno de Navarra, inauguraba las obras de ampliación y
reestructuración de esta misma Cooperativa, cuya inversión asciende a 350
millones de pesetas. Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que la decisión
del conjunto de sus 270 socios ha hecho posible que, al margen de los avatares del
mercado, la Cooperativa “San Raimundo” de Fitero esté en las mejores
condiciones para afrontar los retos a los deberá enfrentarse en los próximos
100 años.
El mejor vino de la mejor
Cooperativa
Adentrarse en las
dependencias de la Cooperativa “San Raimundo” de Fitero representa, para el
visitante, un salto cuantitativo y, sobre todo, cualitativo, en el tiempo. Sin
haber tocado su estructura inicial, la Cooperativa huele a nueva. Al fondo,
cuando se cruza el puente sobre el Alhama, y se encara la carretera de
Cascante, de Soria, de Madrid, los ojos se le escapan a uno hacia ese
majestuoso escaparate en el que se ha convertido su remodelado edificio-bodega.
Cuando se llega, la explanada, de 1,334 metros cuadrados de superficie, te
recibe con los brazos abiertos. Aquí cabemos todos. Lo cual, en la era de la
globalización y de la tolerancia, no hace sino acrecentar el valor de los vinos
que en ella se puedan elaborar.
En el último peldaño de
las escaleras que dan acceso a la magnífica terraza (de la Vega del Alhama) y a
la parte superior de la Bodega, su Gerente, José Luis Pérez Falces, nos espera
para enseñarnos, por una parte, unas dependencias administrativas amplias,
modernas, reflejo de la voluntad, compartida por todos sus socios, de ofrecer
la máxima calidad en todos sus servicios. En su ala derecha, nos encontramos,
conducidos por Javier Jiménez Gracia y Francisco Javier Gracia Blázquez, con un
almacén bien cuidado y surtido. Junto a él, la nueva embotelladora DIREMA
(1.500 botellas a la hora) nos da una idea más clara de las intenciones de esta
Cooperativa: embotellar sus productos, rentabilizando más y mejor los vinos de
sus cuidadas explotaciones.
La bodega -el lugar en el
que se elabora el vino VIRREY PALAFOX Y VIÑA DE FITERO- nos acerca a un mundo,
lleno de luz y de silencio monacal, en el que todo invita a catar, lo más
rápidamente posible, los caldos de sus 130 lagos. De vivir todavía aquellos
intrépidos fiteranos que, con Raimundo Bayo a la cabeza, fundaron esta
Cooperativa, hace 61 años, su satisfacción por estas magníficas instalaciones les
harían llorar de emoción. Ellos lo soñaron un día y nosotros lo disfrutamos.
Ellos y nosotros hemos puesto mucho trabajo para que este pequeño milagro haya
podido hacerse realidad.
Echamos en falta, en sus
paredes, el retrato de Raimundo Bayo, primer Presidente de esta Cooperativa. Más
si cabe, sabiendo que es el abuelo paterno de nuestra MARÍA BAYO. También
echamos en falta un cuadro de nuestra soprano. ¿Por qué no la invitamos a
visitar lo que su abuelo, con otros muchos fiteranos, soñó un día?
La Historia de Fitero nos
cuenta que los monjes de nuestro Monasterio dedicaban una buena parte de su tiempo
en las tareas agrícolas. También ellos tenían viñas. Justo es que ahora,
nosotros, sus descendientes, nos aprovechemos de esta herencia cultural e
histórica y produzcamos caldos con marcas comerciales como “MONASTERIO DE
FITERO”, conservando también la de “VIRREY PALAFOX”, otro fiterano universal.
Nuestro paseo se termina
aquí, en sus flamantes Oficinas, amablemente atendido por Cristina Sánchez
Forcada, encantados de saber que la Cooperativa “San Raimundo” de Fitero está
ya en el Siglo XXI.
DISCURSO INAUGURAL DEL PRESIDENTE DE LA COOPERATIVA
José Mª Bozal Alfaro, Presidente
“En primer lugar,
quiero agradecer su presencia en este acto al Sr. Director de Estructuras
Agrarias e Industrias Alimentarias del Gobierno de Navarra, D. Andrés
Esciolaza, y, a través de él, al Consejero de Agricultura, D. Ignacio Martínez
Alfaro y al Gobierno de Navarra, por la ayuda que nos ha prestado a la hora de
financiar las obras que venimos a inaugura en el día de hoy. Sin ella, nuestro
planteamiento hubiera sido, sin duda, muy diferente.
Quiero agradecer también
la presencia en esta inauguración de todas las entidades colaboradoras de esta
Cooperativa, presidentes y representantes de Bodegas y Cooperativas hermanas y,
por supuesto, la presencia de nuestros socios, sin cuyo apoyo, paciencia y
decisión estas obras no hubieran podido realizarse. Creo que el objetivo que
nos marcamos en la Junta General del 22 de febrero del año pasado está cumplido:
terminar la Bodega para las vendimias y trasladar las oficinas y la tienda
hasta este lugar. No debemos olvidar tampoco que ha supuesto para todos la
compra del edificio de los Hermanos
Fernández Gracia, que ha dejado un espacio libre de 1,334 metros.
Hoy debe ser, pues, un
día de alegría para todos, como lo fue sin duda aquel 18 de febrero de 1940,
cuando 99 agricultores fiteranos, encabezados por Raimundo Bayo, abuelo paterno
de nuestra flamante soprano, María Bayo, fundaron esta Cooperativa, tras adecuar,
para bodega, la antigua fábrica de coco de D. Gervasio Alfaro.
Aquel año se recogieron
371.833 kilos de uva, frente los 2.115.000 que se han cogido este año pasado.
Aquel año la Cooperativa contaba con 50 depósitos y una capacidad de 105.000
decálitros, hoy contamos con 150 depósitos, más de 10 de acero inoxidable, y
una capacidad total de 3.500.000 kilos. Se podría decir, pues, que, los cambios
que hemos introducido, coincidiendo con el nacimiento del nuevo siglo, marcan
sin duda una segunda etapa de nuestra Cooperativa.
A lo largo de estos 60
años, la Cooperativa San Raimundo Abad ha conocido siete ampliaciones (1957,
1960, 1964, 1971, 1973 y 1974, con la compra de 15 depósitos de poliéster). Ha
conocido también buenas y malas cosechas: los ochenta no fueron seguramente las
mejores, debido a la sequía y a los arranques; los noventa, por el contrario,
nos han obligado a modernizar definitivamente nuestra cooperativa con estas
obras, cuya dirección técnica han recaído en D. Luis Arrieta.
La inversión que se ha
hecho ha sido sin duda muy importante, pero creo que todos estamos de acuerdo
en que era necesaria y que se ha hecho además en el momento justo.
Cuando hace tres años, la
nueva junta tomó las riendas de esta Cooperativa, Amador, nuestro inquieta,
trabajador y eficaz enólogo, nos decía que, si no queríamos quedarnos
estancados definitivamente, la Cooperativa necesitaba una reforma urgente y en
profundidad. Convendremos todos, estoy seguro, en que tenía toda la razón. Ahí
está el resultado: se ha restaurado todo el edificio (tejados nuevos, etc.), se
ha modificado la zona de descarga, se ha implantado un nuevo equipo de frío,
una nueva embotelladora y se han centralizado en la bodega, la tienda y las
oficinas.
Amador, todos lo sabéis,
apuesta por la calidad de nuestro vino. Nosotros, todos los socios de esta
Cooperativa, también.
Termino estas palabras
agradeciendo su trabajo y dedicación a todos los empleados que han pasado por
esta Bodega y a los miembros de todas las juntas rectoras de esta Cooperativa,
comenzando por la primera, en 1949, y terminando por la actual. Entre todos
hemos realizado un medio-sueño. Creo que el esfuerzo ha valido la pena. Muchas
gracias.”
Presentación del vino de crianza de la Cooperativa San Raimundo Abad
MONASTERIO DE FITERO
Buenas noches.
Desde que nuestros antepasados - allá por el siglo XVI - tuvieron conciencia de constituir una comunidad diferenciada de la que formaban los monjes cistercienses de la Abadía, la relación entre ambas comunidades se convirtió, durante siglos, en el hecho político, social, cultural y económico más importante de la Historia de nuestro pueblo.
Si, al principio, la Abadía había dominado al pueblo, éste, poco a poco, fue conquistando cuotas de poder cada más importantes, hasta acapararlo casi por completo, tras la aplicación de las leyes de Desamortización dictadas por el gobierno liberal de Mendizabal.
Asumiendo, pues, el conjunto de nuestra Historia, podríamos tranquilamente afirmar hoy que nuestro pueblo es el heredero universal del gran legado cultural, histórico y monumental de lo que se denomina de una manera genérica: MONASTERIO DE FITERO.
Haciendo honor a esa tradición cultural y a esa historia, la Sociedad Cooperativa San Raimundo, ha decidido poner ese nombre, MONASTERIO DE FITERO, a su primer vino de crianza.
Por una de esas casualidades de la Historia, la presentación de este vino, MONASTERIO DE FITERO, precede, en el tiempo, al concierto, en diciembre próximo, y en ese mismo Monasterio, de nuestra paisana, la soprano MARÍA BAYO, nieta de D. Raimundo Bayo Latorre, primer Presidente y Fundador, en el año 1940, de la Sociedad Cooperativa San Raimundo Abad, y cuyo hijo, D. Benito Bayo, nos acompaña en esta mesa.
Estableciendo, en ese sentido, un paralelismo entre ambas fechas, 1940 y 2002, podríamos posiblemente convenir en que la salida al mercado de este vino, MONASTERIO DE FITERO, supone, para la Cooperativa, el comienzo de una segunda gran etapa de su Historia.
Para hablar de este acontecimiento y de las características de este vino, tenemos con nosotros al Presidente y al enólogo de esta entidad agrícola, Carlos Camilo Fernández Jiménez y Amador Escudero, respectivamente. Contamos también con la presencia de D. Jesús Zulueta, que nos va a explicar cómo concibió él el diseño de la etiqueta de este vino, Monasterio de Fitero.
Agradecemos, así mismo, la presencia en este acto del Alcalde de Fitero, D. Manuel Fernández y del Presidente de la Asociación de Amigos del Monasterio de Fitero, D. Fernando Seves Morentin.
Es un honor, en fin, para el campo fiterano, y para todos nosotros, que sea el Excelentísimo Sr. D. Jorge Fernández Díaz, Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, quien haya aceptado amablemente presidir este acto y realizar el discurso de clausura.
Su presencia hoy aquí refrenda, una vez más, el apoyo histórico y permanente de los intelectuales fiteranos para con los intereses de esta villa.
Tiene la palabra D. Carlos Camilo Fernández Jiménez, Presidente de la Sociedad Cooperativa San Raimundo Abad.
DISCURSO DE D. CARLOS FERNÁNDEZ JIMÉNEZ, PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD COOPERATIVA SAN RAIMUNDO ABAD
Hace ahora 62 años, un grupo de fiteranos, encabezados por D. Raimundo Bayo Latorre, abuelo paterno de María Bayo, constituían la Agrupación de Agricultores fiteranos, con el objetivo de asociarse para elaborar ellos mismo su propio vino.
No cabe duda de que aquella decisión – que constituyó seguramente un pequeño acontecimiento en Fitero - entrañaba riesgos importantes y suponía una gran dosis de voluntariedad y responsabilidad. El éxito de su apuesta convirtió a aquella pequeña Cooperativa en el embrión de la actual, cuyas obras de reforma concluían el año pasado.
Aquel primer impulso de 1940 y éste, del año 2001, han convertido a nuestra Cooperativa en una empresa que, como todas las que se precien, tiene la vocación de ser rentable, para sus socios, y competitiva, si quiere estar presente, aunque sea mínimamente, en un mercado tan complejo y difícil como es el del vino.
Ayer y hoy, nuestros antepasados y nosotros, hemos hecho cuanto hemos podido por rentabilizar el fruto de nuestro esfuerzo. Pero, los cambios producidos en el sector - bodegueros que plantan sus nuevas viñas, falta de rentabilidad del mercado al por mayor, etc. – nos están obligando a entrar, aunque sea poco a poco, en el difícil mundo de la comercialización.
No es nada fácil prepararse para afrontar estos nuevos retos. Nos falta una red de comercialización. Nos falta, posiblemente, mentalidad. Nos falta capital. Sin embargo, todos somos conscientes de que ha llegado el momento de intentarlo.
Fitero cuenta, por otra parte, con un gran patrimonio cultural e histórico muy importante. Tenemos un complejo monástico del que nos enorgullecemos, aunque a veces creamos que lo que se invierte en él podría invertirse mejor en el campo. Los expertos creen, por el contrario, que esa inversión nos beneficia doblemente: restaura un Monumento y mejora la economía de nuestro pueblo. Cuanto mejor esté, más gente atraerá y mejor será la imagen de nuestro pueblo.
Herederos naturales de ese patrimonio cultural, somos quizás los más interesados en promocionarlo y protegerlo.
Esta es la razón por la que nuestro mejor vino llevará a partir de ahora el nombre de MONASTERIO DE FITERO.
Como dijo el señor Lampérez y Romea en 1903, “La arquitectura del císter no produjo en España nada tan grandioso”. Parafraseándole, podríamos decir, convencidos de ello, que “La arquitectura del vino de crianza, Monasterio de Fitero, bendecido seguramente por los monjes cistercienses que nos precedieron en el cultivo de la viña, no produce hoy en España nada tan grandioso”. No es, como decía no hace mucho, el Abad de la Oliva, el vino de Dios, pero, por su aroma, por su sabor, por su color, por su fuerza, puede que se acerque mucho.
Ese va a ser, a partir de ahora, nuestro reto: elaborar cada año un
vino que esté a la altura de la categoría que tiene en el mundo entero el MONASTERIO DE FITERO.
Tomaron la palabra así mismo D. Amador Escudero, enólogo de la Sociedad Cooperativa San Raimundo Abad, D. Manuel Fernández Andrés, Alcalde de Fitero y , por último, cedo la palabra al Excelentísimo Señor D. Jorge Fernández Díaz, Secretario de Estados de Relaciones con las Cortes del Gobierno de España.
Asociar el Monasterio de Fitero – monumento
cisterciense - al campo fiterano no contradice a ningún
manual de historia. Los monjes que lo habitaron durante siglos lucharon, de una
manera inteligente y pragmática, para arrancarle la riqueza necesaria con la
que vivir, mantenerlo y engrandecerlo. En su entorno plantaron viñas y, de sus
uvas, elaboraron, durante siglos, magníficos caldos, con los que acompañar
comidas y celebraciones señaladas o de circunstancia. Lo recordaba, el pasado
23 de agosto, el Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Sr.
Fernández Díaz.
Intelectual exigente,
fiterano comprometido, no podía dejar pasar esta ocasión para demostrar su apego a una tierra, que es también suya, y a unos
habitantes, que son sus paisanos. Por esa razón aceptó amablemente presidir el acto de
presentación del primer vino de crianza de la Cooperativa San Raimundo Abad, Monasterio de Fitero.
Compartió mesa con Jesús Zulueta, pintor y autor de la etiqueta. Una
cruz, dos monjes, en el centro, el esfuerzo y las tradiciones culturales, a
ambos lados, forman, afirmó, un conjunto alegórico que da grandeza a un buen
vino de mesa. Como diría el Presidente de la Cooperativa, Camilo Fernández Jiménez, parafraseando al
académico de la Historia, D. Vicente Lampérez y Romea (1861-1923): “La arquitectura del vino de crianza, Monasterio de Fitero, bendecido
seguramente por los monjes cistercienses que nos precedieron en el cultivo de
la viña, no produce hoy en España nada tan grandioso”. No es, matizó después, “como decía no hace mucho, el Abad de la Oliva, el vino de Dios
(hablando del vino Monasterio de La Oliva), pero, por su aroma, por su sabor,
por su color, por su cuerda, puede que se acerque mucho.”
Las explicaciones del enólogo, D. Amador Escudero, vinieron a situar este Monasterio de Fitero en su justo término: el comienzo. Lo siguiente tiene que ir mucho más allá y mucho más lejos: en calidad y en exigencia. A saber: el resultado del esfuerzo consentido colectivamente para que el tintos fiterano – hoy, de crianza; pronto, de reserva - alcance la misma reputación que el monumento que le da nombre.
Fueron dos horas de degustación memorable: lleno en el Refectorio-Cine Calatrava y, fuera, en un Arquillo transformado, gracias a la colección de aperos de Jesús Sanz, en auténtica sala de exposiciones.
Tras los discursos, el Monasterio
de Fitero fue degustado armónicamente, conforme al ritual que recrea el
pasado, mientras construye, con exigencia cisterciense, el futuro.
Providencialmente, quizás, en estos tiempos de pérdida de memoria histórica, el
acto de presentación del vino Monasterio
de Fitero volvía a refrendar el apoyo histórico de los intelectuales fiteranos para con
los intereses de esta villa.
Fiesta local – que no localista -, en fin, en un pueblo deseoso de
seguir estando a la altura plural de su propia historia.
PRESENTACIÓN DEL MONASTERIO DE FITERO
Fitero-2002
Jesús Bozal Alfaro
La jornada del 23 de agosto, viernes,
comenzó muy temprano. Mientras en reloj de la torre daban las siete de la
mañana, mientras, los empleados del Ayuntamiento - ¡qué formidables
colaboradores! – habían terminado de regar la Plaza de las Malvas y se afanaban
por hacer lo mismo en la de San Raimundo. Jesús Sanz miraba al cielo con
pesimismo. Tanto tiempo esperando y, ¡qué mala suerte!, la amenaza de lluvia
venía de nuevo a “aguar” la fiesta, obligándole a exponer su solección de
aperos agrícolas, CULTIVO DE LA VID, en el Arquillo.
Poco a poco, la luz del día fue enseñando las nubes
plomizas y amenazadoras. Jesús Sanz colocó todo con esmero, orden y
convenientemente explicado en unas tablillas: I.- Preparación del terreno. II.- Señalización y
plantación. III.- Laboreo. IV.- Injerto. V.- Tratamientos. VI.- Vendimia y
transporte. VII.- Descargue y prensado. VIII.- Medición y cargue del vino. IX.-
Transporte. A un lado: el arado y el yugo, el águila y el bravant, el rusal, la tabla, la
traguilla, el barrón y la terrera; al otro: la laya, la azada, las tijeras de
podar, las sulfatadoras, el cántaro, los comportillos, el pellejo, la bomba, el
tino y las pipas. Y no sólo eso. Antes de las nueve, el amigo Jesús conectaba
las luces del techo para que iluminara la exposición. Y, desde esa hora hasta
la noche, la gente fue pasando y repasando, recordando los unos, descubriendo
los más jóvenes. De la Residencia bajaron casi todos y casi todas. Gritaban:
¡el rusal, el arado, la terrera,...! Los suyos, las suyas. Su historia y su
vida. Memorias vivas que intentan transmitir ideas y sentimientos. Si les
escucharan, transformarían el mundo. ¡Con qué claridad se observa el futuro
desde los ochenta y más años!
Para completar la exposición de Jesús
Sanz, colocamos también 8 fotografías de Ceferino Yanguas, ese fiterano,
ilustre como el que más, que legó al Ayuntamiento de Vitoria 7.000 clichés
fotográficos, de los que ese mismo Ayuntamiento, que los guarda con celo, nos
prestó 60 para exponerlas en Fitero, con motivo del I Centenario Manuel García
Sesma: Los Baños, la Cooperativa y el Arquillo. ¿Veremos pronto a este hombre
figurar entre los personajes fiteranos de la Web Oficial del Ayuntamiento (www.fitero.org)? ¿Veremos a otros o lo
dejaremos también pendiente? Colocamos, así mismo, en dos paneles, una
selección de artículos de El País sobre María Bayo. ¡Qué menos! Sobre todo,
cuando, dentro de tres meses, en diciembre, nos congregaremos todos los
fiteranos y todas las fiteranas para escuchar "la voz capaz de toda flexibilidad y seducción hechicera" (Le
Soir, Bruselas): www.fitero.com/pueblo (La Grande d´Espagne).
A las ocho
de la tarde llegaba D. Jorge Fernández Díaz, Secretario de Estado de Relaciones
con las Cortes. Descendió del coche justo a la entrada de la Exposición, que
visitó despacio, interesándose por todo, mientras recordaba sus años jóvenes
subido a un trillo o utilizando alguno de aquellos aperos vestidos de domingo.
Miró, primero, los recortes de prensa sobre María Bayo. Aquí nos hizo un
comentario que captamos perfectamente; en Cintruénigo le vimos emocionarse. La
gente le miraba con satisfacción y él proseguía saludando a unos y a otros,
comentando con todo el mundo lo que todos estabamos viendo.
Al entrar en
el cine, el alcalde le comentó algo relacionado con el concierto de diciembre.
Las soluciones tienen siempre que ver con el sentido común. Las butacas estaban
casi llenas. Era el momento de iniciar el acto de Presentación del Vino de la
Cooperativa San Raimundo Abad, “Monasterio
de Fitero”. Comenzamos mencionando la estrecha relación histórica y
cultural entre la comunidad cisterciense de Fitero y el pueblo que surgiría
allá por el siglo XVI, convirtiéndose en su heredero universal. Haciendo honor
a todo ello, afirmamos: “la Sociedad Cooperativa San Raimundo, ha decidido
poner ese nombre, MONASTERIO DE FITERO, a su primer vino de crianza.”
Recordamos, a continuación, que fue el abuelo de María Bayo, Raimundo Bayo
Latorre, el primer presidente y fundador de la Cooperativa, en 1940. E
insistimos: “Estableciendo, en ese sentido, un paralelismo entre ambas fechas,
1940 y 2002, podríamos posiblemente convenir en que la salida al mercado de
este vino, MONASTERIO DE FITERO, supone, para la Cooperativa, el comienzo de
una segunda gran etapa de su Historia.”
El
Presidente de la Cooperativa, Camilo Fernández Jiménez, comenzó su discurso abundando en esa
relación entre María Bayo y la Cooperativa. A continuación, indicó el nuevo
rumbo que, a su juicio, debería tomar esta sociedad, abriéndose poco a poco
camino en el duro mundo de la comercialización. Tras señalar las dificultades
que ello conlleva, resaltó la importancia del patrimonio monumental de Fitero:
“Herederos naturales de ese patrimonio cultural, somos quizás los más
interesados en promocionarlo y protegerlo. Esta es la razón por la que nuestro
mejor vino llevará a partir de ahora el nombre de MONASTERIO DE FITERO.” Terminó su discurso planteando el principal
reto que afronta la Cooperativa: “elaborar cada año un vino que esté a la
altura de la categoría que tiene en el mundo entero el MONASTERIO DE FITERO.” Ni más ni menos. Las palabras de Amador
Escudero, enólogo de la Cooperativa, y de Jesús Zulueta, diseñador de la
etiqueta, vinieron a dar brillantez al nuevo vino, Monasterio de Fitero.
Cuando tomó
la palabra D. Jorge Fernández Díaz, Secretario de Estado de Relaciones con las
Cortes del Gobierno de España, las personas que llenaban el antiguo refectorio
del antiguo Monasterio tenían ya una idea clara de cómo era el vino, cuál su
pasado y cuáles sus perspectivas de futuro. Su discurso, clausurando aquella
presentación, vino a abundar, por una parte, en todo lo que se había dicho
anteriormente, dejando claro, en una segunda parte, su interés por el
desarrollo económico y cultural de Fitero y su apoyo a cualquier iniciativa
importante que surja de nuestro pueblo. Anunció, antes de terminar, que la
Causa de Palafox había sido reabierta y que las autoridades eclesiásticas
habían tomado el asunto con especial interés y diligencia.
Al finalizar
el acto, y mientras la lluvia arreciaba y brindábamos por el éxito del Monasterio de Fitero, volvió a surgir
el nombre de Palafox, y el de José María García Lahiguera y su I Centenario
(1903-2003), Manuel García Sesma,.. Intelectuales todos ellos que estarían
sin duda orgullosos de ver cómo D. Jorge Fernández Díaz – hijo y nieto de
fiterano - siente por su pueblo lo que ellos sintieron y expresaron
públicamente mientras vivieron. Con alguien a quien le gusta leer (“Esta noche
comenzaré a leerme Navarros en México”) es muy fácil entenderse.
Así lo pensaron sin duda todos los fiteranos y todas las fiteranas que acabaron ese día elogiando, junto a la lluvia, el famoso vino, MONASTERIO DE FITERO.
********
LA BODEGA COOPERATIVA SAN RAIMUNDO ABAD SACA AL MERCADO UN VINO DE CRIANZA “MONASTERIO DE FITERO”
Fitero-2002
Hablar de futuro en el entorno de la
Bodega Cooperativa San Raimundo Abad es casi siempre hablar de presente. En
efecto, si el año pasado terminaban las obras de reforma y modernización de
todas sus instalaciones, éste de 2002 va a marcar el inicio de su voluntad
firme y colectiva por estar presente en el mercado del vino embotellado. Par
ello, qué mejor que comenzar con un excelente vino de crianza, cuyo nombre está
tan arraigado en la cultura y en la Historia de nuestro pueblo: MONASTERIO DE FITERO.
A nadie se le escapa, sin duda, que
competir en un mercado tan importante es un reto difícil. El actual presidente
de la Cooperativa, Camilo, se muestra consciente de ello. De ahí que este
primer intento no suponga ningún cambio fundamental en el organigrama de la
Bodega, pero sí quizás un cambio cultural en su historia.
VINO
DE CRIANZA “MONASTERIO DE FITERO”.
A la vista pues de que era necesario
meterse en el mercado para rentabilizar lo más posible el esfuerzo de sus
socios, la Cooperativa llevaba pensando, desde hace bastante tiempo, intentar
sacar al mercado un vino de crianza. Para ello, la Cooperativa se ha acogido a
un plan trianual, al final del cual estará en condiciones de conservar en
barricas de roble (112) unos 50.000 litros de vino.
Para completar el proceso de salida al
mercado, la Cooperativa ha diseñado una nueva etiqueta para este vino, obra del
pintor Jesús López Zulueta. En su diseño, este artista, que conoce
perfectamente la realidad histórica de Fitero, ha querido situar el vino en su
contexto más natural: el juego de la pelota, de tanta tradición fiterana, la
danza popular navarra y la figura del monje cisterciense, que preside el centro
de la parte superior de la etiqueta. Esta etiqueta está acompañada con otra más
pequeña en la que se recoge la célebre frase del Académico de la Historia D.
Lámperez y Romea, sobre el Monasterio de Fitero: “La arquitectura del Císter no produjo en España nada tan grandioso”.
Una frase que puede utilizarse perfectamente para definir el nuevo vino de
crianza, Monasterio de Fitero.
Se demuestra una vez más que cultura y
economía son dos conceptos que, en el caso de Fitero, están indisolublemente
unidos.
EL
MEJOR VINO DE NAVARRA.
El Presidente de la Cooperativa insiste
en que el vino de Fitero es el mejor vino de Navarra. Siendo así, no nos
extraña que los agricultores fiteranos quieran también estar presentes en el
mercado y demostrar que su vino puede competir con los mejores, tanto a nivel
regional como nacional e internacional.
RETRATO
DE RAIMUNDO BAYO, PRIMER PRESIDENTE DE LA COOPERATIVA Y ABUELO DE MARÍA BAYO.
Fiel a su Historia y a sus fundadores,
la Cooperativa San Raimundo Abad ha aprovechado este verano para colocar en sus
dependencias el retrato de su primer Presidente y Fundador: Raimundo Bayo
Latorre. Sus cualidades para el liderazgo le llevaron sin dudar a encabezar el
intento exitoso por mejorar la rentabilidad de su vino. La Historia de aquellos comienzos quedó
recogida en la Revista Fitero-1990.
El hecho de que Raimundo Bayo sea
además abuelo paterno de María Bayo debería llevar a la Cooperativa a nombrarla
Socia de Honor, poniendo su nombre a su Salón de Juntas. El Presidente, en este
sentido, está totalmente de acuerdo.
EL ABAD DE LA OLIVA VISITA LA COOPERATIVA SAN RAIMUNDO
El pasado día 30 de junio, el Abad de
la Oliva visitaba Fitero para presidir la misa solemne en recuerdo de Manuel
García Sesma. Tras la comida que le fue ofrecida en el Balneario Gustavo Adolfo
Bécquer, visitó, invitado por su Presidente, la Bodega Cooperativa San Raimundo
Abad, recorriendo todas sus instalaciones y siguiendo con atención las
explicaciones de su magnífico guía.
Durante la comida y la visita a la
Cooperativa se habló mucho de estrechar los contactos entre Fitero y el
Monasterio de la Oliva. Nos une la Historia, la cultura, una cierta manera de
ver el mundo, el mismo concepto de exigencia, de calidad, tan arraigado en una
Orden de la que, de una u otra manera, formamos parte. Anunció la pronta visita
del bodeguero de su Monasterio y, efectivamente, no tardó ni 15 días.
Después de elogiar las instalaciones y
lo bien preparado que estaba todo, contó la anécdota siguiente. Con motivo de
una cata ciega de vino (modalidad que se utiliza en los concurso importantes),
el vino de La Oliva llegó a la final y ganó el Primer Premio. Este hecho hizo
exclamar a uno de los miembros del Jurado: “Señor Abad, este vino es el Vino de Dios.” En su visita a Fitero,
el bodeguero de La Oliva probó los vinos, no de Dios, aunque se acerque, sino
de la Bodega San Raimundo Abad. Se le dijo que estaba a punto de salir al
mercado un vino de crianza, para el que se había elegido el nombre de Monasterio de Fitero. El Presidente le
prometió que este nuevo vino, para el que estaban preparando una instalaciones
nuevas, iba a convertirse en uno de los mejores vinos de la zona, tanto por su
color como por su aroma y calidad/precio.
EXPOSICIÓN:
“FITERO, UN LUGAR EN LA HISTORIA”.
Durante
todo el verano, el Salón de Juntas de la Cooperativa ( incluídos el hall y los
pasillos adyacentes) ha acogido la Exposición “FITERO,
UN LUGAR EN LA HISTORIA”.
Desde el primer momento, tanto la Junta Directiva anterior como la nueva
aceptaron encantados la idea, pensando que su colaboración puede favorecer el
desarrollo cultural y económico de Fitero. Poco a poco, la Exposición fue
creciendo, hasta convertirse en una muestra bastante amplia del arte fiterano.
Allí pueden admirarse obras de José Sanz-Maza (pintura y escultura de forja de
hierro), Joaquina Sanz (trabajos de punto de cruz), Carmelo Fernández Vergara (obras en madera), Leonardo Hernández
(Escrituras), Fausto Palacios Pelletier (portadas de Programas de Fiestas, Películas,
escultura), Jesús López Zulueta, Raimundo Bayo
Latorre (retrato), Montse Sabaté (Sala
Capitular en punto de cruz), Amparo Forcada (Sala Capitular), A. Marco Gómez (esculturas en piedra y madera), Araceli Gómez
Jiménez (pintura), Manuel Frías Pueyo (miniaturas de aperos de campo). Estuvieron expuestos también libros de
fiteranos (María Luisa Melero, Adolfo Martínez Aznar, Manuel García Sesma,
...), textos sobre Palafox, Prensa Fiterana de otra época, etc.
El boca a boca hizo que fuera
aumentando el número de personas que la han ido visitando a lo largo de este
verano, convirtiendo a la Cooperativa San Raimundo en uno de los atractivos
turísticos de Fitero, tanto por la Exposición como por la organización de
visitas guiadas a su bodega. Éxito pues de la Exposición y éxito de la
Cooperativa: éxito de Fitero. S. R. A.
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